3.11.2018

¡¡A mi no me gusta vender!!

¡¡A mi no me gusta vender!!
Si me diesen un solo euro por cada vez que he oído esta frase...incluso si me diesen un solo euro por cada vez que yo mismo lo he dicho. Miles! Miles de miles de veces.
Todo esto viene cuando estuve trabajando en un call center que tenia como campaña la atención al cliente de una afamada comercializadora eléctrica. En el 2009 se dio pistoletazo de salida al mercado libre, un mercado libre que hasta en ese momento solo se tenia a modo de cobaya en un limitado número de clientes.
Todos mis compañeros estaban ahí por las condiciones laborales (que con el tiempo acabaron siendo paupérrimas) pero sobre todo por no vender, hasta ese año. 
Todo empezó de manera amable, de manera voluntaria.
Hola ¿Quieres formar parte del departamento de ventas? ¡Hay comisiones!
También daban días libres y otras gratificaciones si llegabas a unas determinadas ventas que por aquel entonces eran irrisorias.

Se apuntaba gente, pero todo era un modelo piloto, algo gordo iba a empezar a arrancar y no eramos conscientes de lo que se venia encima.
El mecanismo de venta era enormemente sencillo; El cliente llama por cualquier minucia, se le lanza la frase de venta cruzada para pasar al departamento comercial y una vez allí el comercial te habla de lo bonito que es la vida a la misma velocidad que Usain Bolt corre detrás del autobús.

Cinco o diez minutos después el cliente cuelga el teléfono, con cara de loco, con una subida de la factura que bien podría rondar el 30% y con dos servicios adicionales en la que tendrá que aguantar al menos un año para darlo de baja.

Acabáis de leer el motivo de porqué la gente no quería vender, la estafa. El resto os lo podéis imaginar, lo que antes te ofrecían como extra por pertenecer al departamento de ventas ahora es la única salida para que no precarizasen tu puesto de trabajo por no pertenecer a él. Es decir, venían festivos para trabajar, te controlaban más tu tiempo de descanso, te cambiaban los turnos...te apretaban para vender.

Y vendías lo que vendías, pura basura. No vendías mejor servicio, es el mismo, solo que más caro y eso era así. Conclusión, la gente que no le quedaba más remedió empezó a no venir a trabajar. Oleadas de bajas por estrés y motivos varios de decenas de trabajadores.

Trabajadores muy competentes que si se les hubiera podido ofrecer vender algo correcto y de una manera correcta tendríamos a estas alturas otros resultados.

Pero claro, la venta no puede esperar para las grandes compañías, hay mucho que ganar y se pueden permitir perder mucho. 

Por mi parte lo que haré es justo lo contrario, vender ahorro y evitar por todos los medios cualquier maniobra comercial que empeore los gastos del cliente, ya que todo eso sigue funcionando hoy en día tanto por teléfono como de manera presencial, empañando las actuaciones de quienes garantizamos ahorro y asesoramiento pero que nos complican las cosas para hacer de este mercado, un lugar más competitivo e interesante para el cliente.

Si tu venta realmente hace que al cliente le ahorre dinero o le solucione la vida y le explicas todo tanto como tu logras entenderlo, ya no solo estás vendiendo, estás ayudando.

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